miércoles, 2 de mayo de 2012

< A veces creo que soy un escritor . beta >





Escupía palabras combinadas y las regalaba indiferente.
...
El olvido premia
Y vuelta a escupir

Bellas combinaciones de palabras regaladas
Indiferentes
Regaladas
Combinadas

olvidas
entregas
premio
Cada vez entiendo menos

Escupo palabras entendidas
El olvido entiende
Escupo menos cada vez

Vuelta a menos
Cada vez premio

Indiferente

Regalada

Pero el papel no lleva mi ritmo

Palabras criminales
Combinadas
Indiferentes
Combinadas cada vez menos
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo entiendo

NadA


A veces un simple cronista de las historias simples de mi gente, un periodista del pregón local.
A veces un comerciante, un mercenario de los textos.
Muchas de las historias son exageraciones de la gente que exageré en papeles exagerados.


Escribo siempre a la noche, tarde, luego de la cena, cuando mis chicos ya descansan y mi cuerpo y el de mi pareja no desean oscilaciones mutuas.
Generalmente me acompaño con alguna ginebra, jengibre, algún vasito de Gin o de Vodka.
Vuelco las vivencias de la gente sobre una pantalla que me cansa. Invento personajes y les acoplo esos hechos que tergiverso, dramatizo o que a veces me obligan suavizar.
La decencia o la indecencia.


Estuve muy cansado aquella (o esta) noche, o muy borracho tal vez. Me dormí sobre mis letras abotonadas. Y soñé ardores locos.
El despertar me produjo una comezón mental. Creía que había despertado de la vida, que toda mi vida había sido un sueño, y que nacía sobre un frío e incómodo teclado de escritura manual.
Creo que tengo recuerdos falsos en mi mente. Siento algo que me ahoga, algo que toca mi aparato respiratorio por dentro, algo que me infla y me desinfla. Soy un globo, subo y bajo.
Recuerdo conducir un automóvil a gran velocidad ¿Pero cuando lo hice? ¿Por qué recuerdo eso ahora? Sólo estaba indagando en la vida de algunos alumnos del Colegio Vieytes; vidas similares que se repetían en épocas diferentes.
Mi pierna izquierda está dormida, entumecida, como si sostuviera a un elefante y no a un hombre maduro como yo. Pero estoy sentado en un moderno sillón ergonométrico. Mi pierna también recuerda.
Una mariposa pasa volando delante de mí. Mi vida es una superposición de imágenes.
Conduzco desde el lugar equivocado, o bien el auto es inglés, o australiano.
O soy mi espejo..ojepse im yos O
Algo pincha una vena de mi brazo izquierdo (o derecho). Intento matar al insecto con mi otra mano, ella atraviesa mi brazo. No sé cuál de las dos es la fantasma. Soy un medio hombre, mitad cuerpo, mitad luz.
Soy un boomerang que gira quieto.
Luego mi consciente pierde su orientación frontal. No soy el que soy hacia delante. Primero soy hacía un circulo, luego hacia una esfera. Mi ser es un punto que se enfrenta al universo y es su centro.

Quizá deba estallar.

Pero todavía comprendo que él estalló antes.
¿Qué es lo que soy entonces? He perdido mi identidad humana.
Soy un ser que escribe como loco en su asistente de textos. Tirado en una camilla.
No, eso es imposible, no puedo estar acostado y escribiendo, sí dictando, pero no escribiendo. Los puntos no tienen boca.
Olores aldehídos penetran por mi nariz inexistente.
El universo desbocado a perdido su consistencia fórmica. Miles de mis dedos punto intentan elevarse.
Sé que tengo que hacer algo, pero no lo recuerdo.
¿El fin existencial?
Nado en un mar de fuego negro.
¿El fin de la existencia?
Sé que tengo que ayudar al que me ayuda.
No me despierto sobre mi teclado, sobre él me desmayo.
Una aguja me inyecta sangre, un alacrán me succiona veneno.
Tal vez esta sea una forma de morir, cuando todo comienza a dejar de ser consistente. Como los recuerdos del señor García o los del señor Bosh. Señores que nunca conocí.
Soy una recta, me sacudo, ondulo como un pez, como una anguila. Quiero salir de mí y de mi pesadilla.
Quiero conservar la cordura soy un historiador, soy una curva historiadora. Una historiadora.
Mi cierro sobre mi yo. Soy un círculo imperfecto.
Un rectángulo.
Una ventana que puede atravesarse a si misma. Un desmayo atravesado por un volante.
Soy una historiadora, mira mi entrepierna, una falla cósmica, mira mis pechos, altas montañas planas.
Tomo una curva a gran velocidad.
Mi pie derecho es el asa de un gigantesco fuelle, alguien lo mueve, chupo y escupo aire.
Veo spines que han cambiado, spin uno, spin dos, spin tres spin medio tres cuartos, subespines y superespines (sospecho en estos alguna broma, ¿pero de quién?)... puedo volver a cambiarlos, pero no me animo. Puercoespines.
Sé que debo hacer algo.
Mantengo separadas las esferas brillantes de las opacas.
Ahora sé que estoy tratando con una simbología. Pero en el fondo, mi mente está haciendo algo realmente útil, nada parecido con ese tonto juegos con pelotitas.
Separo las duras de las blandas.
Las pelotas redondas de las cuadradas. ¡Pelotas cuadradas!
Estoy ayudando, quizás lo esté haciendo bien. Las esferas desaparecen, trepo paralelamente por miles de senderos a velocidad inusitada.
Las cosas se aquietan, recuerdo una ruta (Material)
Gotas de lluvia como escupitajos de guanacos mueren en mi parabrisas; deforme.
En un auto de colección, sin comandos electrónicos, mi pie izquierdo se equivoca al tocar el freno y me estrello.
Soy millones de estrellas que se esparcen por el aire, como las semillas de los hipopótamos y como el polen de los cactus.
Chupo y escupo sangre.
No alcancé a llegar a casa, nunca estuve en ella, no escribí, no cené, no nadé no nada.
Chupo y escupo borbotones de vida.
No nací en mi escritorio, sino todo lo contrario.
Un dragón llega volando y me besa en la boca. Bebe mi sangre. Me llena de placer.
Si mi marido se entera me mata.

Despierto de un coma después de meses.
Debo irme de aquí, ellos no saben que ya no soy humana.
Espero que mi hija quiera ser historiadora, que abandone esas ideas locas de ser piloto.
O poncho.
Vuelo de la mano amorfa.
Tengo mucho que aprender. Lo he olvidado casi todo.
Creo que fui la señora R.
Profesora, arqueóloga, amante, madre, relatora, hija.
Pero ya no importa, ahora, reina de las formas.
Chupo aire que me infla. Vomito recuerdos absurdos de la Revolución Francesa. Escupo otros recuerdos inverosímiles de vidas no vividas.
No soy fórmica, voy a serlo.

SE EXTRAVÍA EL CADÁVER DE UNA HISTORIADORA.
(ALKWT) Después de una larga agonía, la señora Rita R. de Benedictis...

No hay comentarios:

Publicar un comentario